Orar a Dios para que nos de salud y nos libere de toda enfermedad, que nos de la fuerza para enfrentarlos, y nunca perder la Fe. Toma unos minutos para hacer esta oración.
Amado Padre Celestial, en este nuevo día pongo en tus manos toda mi confianza, porque sigo creyendo que tú eres mi médico por excelencia y sé que vas a darme la salud y la fuerza para seguir viviendo. Dios mío, mi Fe esta puesta en Ti y sé que vas hacer una obra sanadora en mi cuerpo.
¡Sáname! Glorioso padre, por los méritos del sacrificio de tu hijo Jesucristo, que conquistó para mí la herencia de salud en la cruz del calvario. ¡Sáname! Porque sigo creyendo que tu me consuela y me sustentará con la diestra de tu justicia (Isaías 41:10)
Glorioso Padre Celestial, te entrego a tus pies este dolor que me causa opresión, tristeza y confusión. Déjame recibir tu milagro de sanación, pues toda mi confianza esta puesta Ti, porque si no creyera “yo hubiera desmayado sino confiara que tu bondad actúa en mi salud (salmo 27:13)”.
Dios todopoderoso, posa sobre mí tu mano sanadora, yo reconozco tu poder para sanarme. Concédeme la oportunidad de ser sanado, pues Tu presencia en mi vida es garantía de esperanza para mi enfermedad.
Orar por todos los enfermos
Señor en día, lléname de tu Espíritu Santo, tómame en tus brazos Señor y restáurame. Señor, te pido que obres de manera especial por las personas tienen dolores de cabeza, que sufre de algún virus, por los enfermos de cáncer, por los que sufren de Alzheimer.
También te pido por los que tiene problema para ver y oír, por los que tienen problemas del corazón y por aquellos que han sufrido algún accidente. Dios mío, restáurame y que pueda alcanzar tu milagro de sanación.
Padre Celestial, pongo todos en tus manos, ninguna enfermedad podrá vencerme, pues tú eres más grande que cualquier enfermedad, más grande que el cáncer, más grande la diabetes, más grande que cualquier dolencia física y mental.
Señor, estoy seguro que saldré adelante de esta situación, pues tu mi Dios ahora mismo está aumentando mi defensa y sanado y devolviéndome mi salud. Dios mío, permíteme estar sano para mi familia, para mis hijos, pues deseo tanto poder disfrutar de la calidad de vida que Tu diseñaste para mí.
Señor, creo y recibo tu sanación. Y declaro hoy en el Nombre de Jesús que esta enfermedad que tengo no tiene potestad sobre mí. Amén.
Haz esta súplica con agradecimiento, sueño y regocijo te acercará a Dios y te permitirá darle gracias por su desprendimiento, por todos los dones y regalos que Él te da a diario y pedirle que siga guiando tus pasos por sendas de éxito y dicha.
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