Te invitamos hacer esta oración para que Dios nos libere de toda atadura que tengamos, que mi familia y yo podamos tener paz y tranquilidad. Vamos a pedirle que aleje toda pobreza y enfermedad que nos ata. Toma un minuto para hacer esta oración.
Padre Eterno, venimos ante tu soberana presencia, para que intercedas en mi vida y en la de mi familia, te pido que con tu Santo Poder rompas todo tipo de atadura; libéranos de la pobreza, hambre, escasez, pérdida, y de todo tipo de mal que nos impida descansar en tu gloria.
Señor, confió en tu poder y en el nombre de tu hijo amado Jesús eliminarás todo tipo de atadura y maldad que penetraron en nuestras vidas.
Señor, te pido que seas nuestro escudo, que seas Tú tomando el control sobre nosotros, elimina toda atadura de enfermedad que haya en nuestros cuerpos, pasa tu mano sanadora sobre nosotros y elimina todo espíritu de duda y miedo que me impida seguir mis objetivos.
Señor, abre el candado de las cadenas que nos tienen prisioneros y danos la paz y la tranquilidad que solo tu Santa presencia nos puede brindar.
Descargamos todo tipo de mal bajo tus hombros, para que Tú lo reciba y los deshagas con tu santo poder. Realiza al mi alrededor y en la de mi familia, un escudo protector contra todo tipo de maldad, envidia, egoísmo, y rencor.
Señor, Tú que transforma vidas y las guías por camino de justicia y verdad, que Tú Espíritu Santo penetre en el alma de aquellas personas que intentan realizarnos algún mal, que conozca Tú misericordia y se arrepienta de todo el daño realizado. Que conozcan Tú perdón y valoren el sacrificio en la cruz de tu amado Hijo Jesús.
Ven Espíritu Santo y elimina todo lo que no es de Dios, encadena y amordaza todo tipo de mal, permíteme que mi cuerpo sea un templo de Dios y que mi alma sea una bella morada digna de acoger a mi amado Padre celestial.
¡Oh espíritu Santo! entra hasta lo más recóndito de mi ser, libérame y sanea mi alma; y permíteme encontrar la paz que solo tu Santa gloria puede brindarme. Amén.
Si haces esta oración con Fe, puedes tener la certeza que Dios te escucha y que siempre está a tu lado. Deposita todas tus cargas en Él, porque Él es todopoderoso y nunca te abandonará en los momentos de dificultad, sigue adelante con gozo y entusiasmo, pues Dios ha destinado grandes cosas para bendecir tu vida.
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