Te invitamos hacer esta oración de la mañana con el salmo 27 para darle gracias a Dios por ser nuestra fortaleza y levantarnos ante los enemigos. Toma unos minutos para esta oración diaria.
Bendito Dios, Tú eres mi luz y mi salvación en esta hermosa mañana, y saldré a vivir este día sin miedo, porque ¿a quién temeré? Si el Señor mi Dios es el baluarte de mi vida y nada ni nadie podrá amedrentarme.
Yo encomiendo mi vida y este día en tus manos Señor, y aunque los malvados avancen contra mí para devorar mis carnes, aunque mis enemigos me ataquen, son ellos que tropezaran y caerán ante tus pies.
Oh mi Dios, aunque un ejército me asedie, saldré a vivir este día con entusiasmo y sin temor en mi corazón. Yo mantendré mi confianza en Ti, aunque cuando una guerra estalle contra mí, yo confiare en Ti, buscaré de Ti y me arrodillare y te rendiré honores a Ti mi Dios. Eres mi salvación, no tengo de que temer, porque eres mi fortaleza.
Bendito Dios, solo una sola cosa te pido en esta mañana y es lo único que persigo: que pueda habitar todos los días de mi vida en la casa del Señor, porque tu morada me reguarda, y me ampara sobre todo mal.
Oye mi oración, Señor, mi voz clama a ti en esta mañana, compadécete de mí y responde a mis humilde súplicas. Mi corazón me dice que busque tu rostro, y yo Señor, tu rostro busco, porque tu mi Dios, siempre ha sido mi ayuda y el que me dirige por senda de rectitud.
Señor, me abandono en tus brazos en este nuevo día, pues depositaré mi confianza en Ti, me da valor, me llena de ánimo, y renacen las ganas de vivir y de seguir adelante cuando todo parece difícil. Cuida de mí en este día y que tu bendición siempre me acompañe a mí y a los míos. Amen.
Haz esta súplica con agradecimiento, sueño y regocijo te acercará a Dios y te permitirá darle gracias por su desprendimiento, por todos los dones y regalos que Él te da a diario y pedirle que siga guiando tus pasos por sendas de éxito y dicha.
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