ORACIÓN A LA VIRGEN MARIA PARA CASOS DIFICILES

Santa Virgen maria, defensora de los desamparados, que Tu luz descienda sobre mí vida y cuide de este siervo indefenso, envuélveme en tu protección y que en tus dulces brazos encontremos refugio y amparo.

Santa Virgen Maria, compañera de los desamparados, socorro de los afligidos, defensor de los indefenso, sálvame y libérame de todo mal, de toda injusticia y de toda enfermedad. Intercede por mi ante tu amado hijo Jesús.

Madre de Dios Hijo todopoderoso, por favor vela cada uno de mis pasos y guárdame de la acecha del enemigo.

Confiado en el inmenso amor que has manifestado sobre los hijos de Dios, vengo ante Ti con el corazón en la mano y con la fe igual que Abrahán en busca de Tu auxilio y liberación

Te suplico Santa Virgen Maria que me cuides y me proteja, guárdame de los peligros del alma y del cuerpo, me resguardo bajo Tu Santo manto, y toda enfermedad, envidia, injusticia, egoísmo y malos deseos hacia mí serán desvanecido por el Poder que te ha concedido tu amado Hijo Jesús.

Santa Virgen Maria, con todo el fervor de mi espíritu, ruego a Ti para que me concedas salud ante la enfermedad, ayúdame a sanar mis heridas y a salir victorioso de esta adversidad.

Madre de Dios Hijo, protegido estoy contigo, porque limpias toda piedra de tropiezo en mi camino y me defiende ante todo aquello que me pueda causar daño.

En tus manos celestiales pongo lo que me aflige y me preocupa, para que haga un milagro en mi vida.

(Pronuncia con fe lo que deseas obtener)

Santa Virgen Maria, no me desampares, presérvanos en todos los momentos de dificultad, que esté siempre presente en cada decisión que tomemos, que seas Tú guiando nuestras manos en cada una de nuestras actividades, y cuando se presente alguna situación difícil para nosotros, recuérdanos que Tu eres nuestro padre, Él que nunca no va a desamparar. Amén.

Si haces esta oración con Fe, puedes tener la certeza que Dios te escucha y que siempre está a tu lado. Deposita todas tus cargas en Él, porque Él es todopoderoso y nunca te abandonará en los momentos de dificultad, sigue adelante con gozo y entusiasmo, pues Dios ha destinado grandes cosas para bendecir tu vida.

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