“El matrimonio es una de las travesías más difíciles del mundo, así, que al elegir tu pareja, no escoja a las bonita o al más guapo, ni a la más dulce, ni al más condescendiente, sino al mejor compañero de viaje.”
Es un poco difícil encontrar un amor verdadero, porque una cosa es el noviazgo que tratan de portarse bien y otra cosa es después que te casas, que comienzas a descubrir a la verdadera persona.
Así que te aconsejo que no busque a alguien que quiera regalarte la luna, si no que te invite a ir juntos por ella. Búscate a alguien que lo extraordinario lo convierta en rutina y que empieza hacer de la rutina algo extraordinario.
Cásate con aquella persona que planee su futuro contigo y que no te vea como un trofeo, si no como un tesoro que le ha entregado el Señor para cuidar.
Elige a alguien que este contigo en las buenas y en las malas, que sepa comprender las necesidades y la abundancia y que no permita que las malas influencias del entorno dañen su relación. Cásate para hacer que funcione, con errores y aciertos, pero con el compromiso y el amor para seguir hasta el final.
Búscate a alguien que te cuide y te atienda cuando estés enferma y que no te vea como una carga. Ese tipo de persona debe de buscar, una compañera o compañero para cuidarse los dos mutuamente.
El matrimonio requiere de comprensión recíproca y dialogo para llevar junto la barca. Poco son los matrimonios que llegan hasta el final del camino, algunos se quedan por la mitad del camino…pocos son los que terminamos juntos nuestro viaje.
El amor es paciente, humilde y compresivo. El amor es amable, respetuoso y no es egoísta, ni presumido, ni rencoroso, el amor no tiene límites, perdona sin límites, espera sin límites, el amor no pasara jamás y no es cosa de momentos.
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